Editada con cierta profusión desde el siglo xvi al xix, se carecía en la actualidad de una edición crítica, lo que animó a la autora a emprender la obra. La mitad del volumen está dedicado a un estudio preliminar en que se analiza el género de «catálogos» y se especifican las fuentes consultadas. La edición crítica propiamente dicha se ve acompañada de numerosas notas que ayudan al lector actual a la comprensión del texto isidoriano. Finalmente, un «index verbarum» recoge todas las acepciones de cada término y los lugares en que se encuentran.